miércoles, 10 de octubre de 2012

La casita de Vanistendael, una forma secilla y significativa de construir la resiliencia


Para explicar de forma clara los diversos aspectos de la construcción de la resiliencia el autor Vanistendael ha recurrido a la metáfora de La Casita; que nació en Chile, previo a un encuentro, ante un auditorio de profesionales de la infancia. Un acertado esquema que sintetiza todos los elementos básicos para edificar la resiliencia en el niño y el adolescente, o en el caso de la escuela, en los alumnos. (cfr. VANISTENDAEL Y  LECOMTE, 2002: 173 - 180)

Cada pieza representa un campo de intervención potencial para aquellos que deseen contribuir  a  construir, mantener  o  restablecer la resiliencia. Se trata solo de sugerencias; luego cada uno debe discernir, en la situación concreta, en qué dominios puede actuar  y en cuáles  otros es preferible esperar.
A continuación, cada uno decidirá las acciones precisas que realizará en cada dominio; dicho de otra forma, decidirá los muebles que pondrá en las habitaciones de la casita.

La Casita representa de una forma concisa la construcción de la resiliencia; en primer lugar se encuentra el suelo, se trata de las necesidades básicas como la alimentación, salud, vestimenta etc.

No obstante, sabemos que la persona necesita más que un techo y pan para vivir, es ahí cuando comienza la construcción de la casita de la resiliencia porque en el subsuelo encontramos las redes de relaciones más o menos informales: la familia, los amigos, vecinos, compañeros de escuela o colegas del trabajo.

En el corazón de estas redes se sitúa la aceptación profunda de la persona, que no hay que confundir con la aceptación de todo comportamiento. El sentimiento de ser profundamente aceptado se sitúa en los cimientos de la casita, porque su importancia es fundamental para que una persona se torne resiliente.

En la planta baja hallamos una capacidad fundamental: descubrir un sentido a la vida, una coherencia a la vida, apreciar plenamente la existencia.

Este nivel es igualmente el de los proyectos concretos, para un niño la responsabilidad de cuidar una cosa, un animal o ayudar a otra persona,  le da la oportunidad de  ir más allá de las fronteras del ego de una relación constructiva. Ciertos adultos resilientes descubren un sentido a sus vidas comprometiéndose en una relación altruista.

En la planta baja encontramos también el jardín, el contacto con la naturaleza, del simple paseo a la actividad en una granja, que puede ofrecer posibilidades pedagógicas importantes.

En el primer piso encontramos tres habitaciones la autoestima, las competencias y aptitudes, el humor y otras estrategias de adaptación.

La autoestima es a menudo considerada muy importante por las personas comprometidas,  para ayudar a vencer las adversidades. Las competencias son el dominio de las capacidades, que debe complementarse con otras partes de la casita porque de manera aislada podría crear desequilibrios y revelarse ineficaz e incluso peligroso.

En tanto que la tercera habitación de este piso, contiene las estrategias de adaptación que permiten no solamente proteger a la persona de sufrimientos sino proporcionar otra perspectiva sobre la realidad. El humor, es el más importante, olvidado igual que el juego y que constituyen una fuerza considerable.

El altillo o desván  representa la apertura hacia otras experiencias, a menudo más localizadas, que favorecen la resiliencia.

La casita de la resiliencia no es una estructura fija, como una verdadera casa, ella ante todo debe ser construida, luego tiene una historia y por fin necesita cuidados especiales y reparaciones. Las habitaciones se comunican entre sí a través de puertas y escaleras: los dominios de la resiliencia están vinculados.

Lo más importante  es  que la casita funcione como un instrumento de relectura de la vida, de sensibilización de intercambio; señalemos también que se puede encontrar casos donde  los muebles o sea las actividades no entren en ninguna pieza, entonces se debe rediseñar.

Como una casa real, la casita puede ser desmoronada por sismos o huracanes o sea por pérdidas familiares, de empleo, enfermedades, guerra, abusos, violencia, etc. y entonces conviene ser reconstruida.






La metáfora de la casita es una manera sencilla y comprensible de ilustrar la resiliencia, en el suelo se encuentran las necesidades básicas elementales; en el subsuelo esta la red de relaciones más o menos informales familias, amigos, compañeros, vecinos y otro. En la planta baja se sitúan la capacidad de encontrar un sentido a la vida; en el primer piso hay tres habitaciones: autoestima, competencias, aptitudes, humor, y otras estrategias de ajuste. Finalmente, el desván representa la apertura hacia otras experiencias. 

Así mismo las habitaciones se comunican entre sí, como en una verdadera casa, esto significa que los ámbitos de la resiliencia están ligados entre sí y contribuye en la formación integral de la persona. 

Pensamientos que fundamentan la resiliencia


(…) Asumiendo que nuestra historia no es un destino. Nada queda escrito para siempre. La verdad de hoy no lo será mañana, los determinismos humanos son de corto plazo (…) Nunca perdemos la esperanza de cambiar la manera de vivir. Por eso una carencia precoz crea una vulnerabilidad momentánea que las experiencias afectivas y sociales podrán reparar o agravar. (CYRULNIK ,2006:4)

En nuestras manos está cambiar el presente y futuro de nuestros alumnos para bien o para mal, por eso, antes de actuar y tomar decisiones es interesante conocer el historial de los estudiantes y así evitar prejuzgarlos.

La resiliencia se va construyendo día a día,  es cuestión de una decisión y actitud en hacer el bien,y devolver la sonrisa o alegría  a una persona “Ya que la felicidad es fruto siempre de la elaboración, es algo a trabajar. Y ella se construye con el encuentro del otro” (CYRULNIK ,2006:13)
Entonces podemos decir que el término resiliencia, engloba, lo mismo que en física, una dinámica positiva, una capacidad de volver hacia adelante, permite la reconstrucción y es un resorte moral.
 Es una actitud positiva imprescindible, que estimula a superar situaciones adversas, que posibilitan hacer frente a las contrariedades de la vida con esperanza y optimismo.

Las escuelas que estimulan la resiliencia establecen altas expectativas para sus alumnos, les brindan apoyo para alcanzarlas y les informan lo necesario para obtener éxito. (MELILLO Y  SUÁREZ, 2008:141).

RESILIENCIA Y ACTITUD DEL DOCENTE


 Considerando que las instituciones educativas, son lugares oportunos para fomentar la resiliencia en el ámbito educativo y social, donde frecuentemente se contextualizan adversidades, que conducen a la desesperanza, convirtiéndose en problemas difíciles de superar, el docente se convierte en una figura de apoyo, un sujeto significativo para los alumnos. 
Por eso creo que la resiliencia es una herramienta válida aplicable en el aula, que nos orientará, fortalecerá y encauzará las dificultades cotidianas del ámbito escolar, personal o mejorar la convivencia.

Teniendo en cuenta que  el docente acompaña a sus alumnos en su crecimiento de manera integral, global , reflexionamos que:
(…) una infancia infeliz no determina la vida; porque la resiliencia es el arte de navegar en los torrentes y para que la cultura ofrezca guías de resiliencia es mucho más importante engendrar actores que espectadores. (CYRULNIK, 2008:197), por eso,  la tarea del docente es muy importante ya que se trabaja con personas y es un compromiso con el alumno, con su familia y la misma sociedad.

Además los docentes cumplen el rol del sujeto significativo, al acompañar a sus alumnos, despertar el aprendizaje significativo, desarrollar el pensamiento crítico, generar espacios que posibiliten a los alumnos descubrir sus potencialidades para hacer frente a situaciones adversas como los altos niveles de ansiedad, indisciplina, tensión, deserción escolar por problemas intrafamiliares, económicos, de salud, estos factores inciden directamente en las conductas negativas. También se enfrenta a otras necesidades, no pedagógicas tales como la falta de reconocimiento a su labor, bajos salarios, pobreza extrema de los alumnos, sobre carga de actividades, que conduce a los docentes a un stress laboral.

RESILIENCIA COMO HERRAMIENTA DEL DOCENTE



 La resiliencia juega un papel importante dentro de  la educación,  su promoción  favorece el desarrollo de competencias sociales, académicas y personales, que permiten al alumno sobreponerse a situaciones adversas y salir adelante en la vida.
                                  
Como docentes, creemos que al generar en los alumnos su propia resiliencia estaremos fomentando la resiliencia comunitaria, formando futuros ciudadanos que con espíritu y pensamiento críticos analicen la realidad de hoy y trabajen en sus propios proyectos de vida para mejorar la sociedad a la que pertenecen. 

En la actualidad ser docente  no es fácil, como sabemos, está expuesta a cambios constantes, además exhorta a una incesante disposición y actualización para responder a los retos de educar.

La educación es un acto real que requiere compromiso, de toda la sociedad, en especial de parte del docente, porque imparte una enseñanza formal. Si bien muchos trabajan en la docencia, no todos se involucran  realmente en el proceso educativo y formativo del alumno.
Resiliencia y logoterapia

La resiliencia es un tema muy interesante, desde que conocí la historia de uno de sus propulsores, Boris Cyrulnik, relacioné directamente con la logoterapia, porque es la capacidad de superar los problemas de la vida; creo que como docente seria de gran utilidad, ya que los alumnos pasan por  muchas dificultades, traumas... y nosotros podemos ser sujetos significativos en sus vidas.

La resiliencia es una forma fácil y sencilla de acompañar al alumno en  momentos difíciles, para enfrentar y aprender de esas situaciones.


Resiliencia y autoestima en el aula

La resiliencia esta estrechamente vinculada con la autoestima, ya que es uno de los pilares que la sostiene, creo que es muy importante que el docente conozca este tema,  porque es la capacidad para resolver situaciones problemáticas en la vida.

A veces encontramos en aula a estudiantes muy pesimistas, negativos sin ganas de continuar ni realizar un mínimo de esfuerzo por salir adelante, con autoestima muy baja , inclusive los mismos docentes, la resiliencia es una alternativa válida para enfrentar cualquier dificultad.

Considerando que el docente puede ser un sujeto significativo en la vida de sus alumnos,  es necesario conocerlos muy bien, para orientarlos o simplemente escucharlos, así podremos realizar nuestro trabajo con mayor eficacia y acompañar a tantos jóvenes o niños que necesitan ser apoyados y reorientados en sus vidas.

Al potenciar este pilar de la resiliencia, la autoestima, lograremos que nuestro alumnos sientan mayor confianza en ellos mismos  y que sean más felices.